El proyecto Upuaut. PARTE-1
Ciencia, Pirámides 21:33
La Gran Pirámide de Kéops (Gizéh, Egipto), construida en tiempos del faraón Kéops de la IV dinastía ( que reinó desde el 2600 a.C.), y que está formada por 2,3 millones de bloques de piedra, con una altura de 146 metros, y con una base de 230 metros de anchura, ha sido desde siempre uno de los enigmas más sorprendentes de la historia de la humanidad. Si comenzamos hablando sobre su construcción, nadie sabe a ciencia cierta ni quién, ni cómo se pudo crear semejante obra arquitectónica hace 4.500 años (y últimamente se cree que la pirámide es más antigua de lo que se creía).
Si seguimos tirando un poquito más del hilo, nos haríamos la pregunta de ¿para qué sirve ?, aunque esta es otra de las preguntas que por el momento no tiene respuesta. Aún así, muchos son los que se aventuran a proponer sus teorías, y dicho sea de paso, las que podemos encontrar éstas son muy variadas, desde que es una especie de "pila" que es capaz de generar y almacenar gran cantidad de energía, hasta la teoría más común (pese a que muchos la descartan rotundamente) de que era un tumba para el faraón Keops. Pero aparte de estas interrogantes y de las muchas otras que rodean a esta séptima maravilla de la antigüedad, todavía no sabemos si ya hemos descubierto todo lo que la Gran Pirámide tiene guardado entre sus bloques de piedra.
Tras muchos años sin hallar nada nuevo en la Gran Pirámide, los arqueólogos y egiptólogos creían que todo lo que estaba por descubrir ya lo habían descubierto. Poco tiempo tardó la gran pirámide en ser otra vez portada de periódicos.
En el año 1992, el Instituto Arqueológico Alemán y la Organización de Antigüedades de Egipto iniciaron un proyecto conjunto para limpiar los llamados canales de ventilación de la Gran Pirámide. Tal exploración se denominó UPUAUT, siglas cuya traducción podría ser "Apertura de Trayectorias" (Opener of Paths).
Upuaut o Upuat significa «el que abre los caminos», deidad de la Duat (Más Allá), dios funerario y de la guerra en la mitología egipcia.
La finalidad de la operación era la de salvaguardar el monumento de la agresión ambiental producida por los turistas: El vaho exhalado en la respiración, así como la transpiración corporal de los miles de visitantes, produce en el ambiente un exceso de humedad que daña la masa pétrea de la construcción.
En 1993, del 9 al 27 de marzo, se reanudó el proyecto, esta vez en los canales de ventilación de la "Cámara de la Reina". La tecnología espacial se puso al lado de la arqueología por medio del ingeniero alemán Rudolf Gantenbrink, especialista en robótica y en análisis por computadora. El Sr. Gantenbrink construyó un robot controlado a distancia, equipado con una cámara de video en miniatura y un sistema de guía láser que le permitía, por sí solo, pararse y dirigir la cámara hacia todo aquello que considerase importante en su camino. Hasta entonces se pensaba que dichos canales medían escasamente 8 metros de longitud, con una sección cuadrada de 22 centímetros de lado. Pero el autómata, venciendo todos los obstáculos que conlleva una inclinación en subida de 45 grados, se internó por las íntimas entrañas de la pirámide hasta una distancia de 65 metros, siendo su progreso detenido por una piedra. Tras recuperar el sofisticado aparato, el ingeniero y su equipo procedieron a visionar la cinta de video grabada. Fue entonces cuando se llevaron la enorme sorpresa: ¡la pequeña cámara de T.V. había obtenido la imagen de lo que parecía ser una puerta!
En marzo de 1992 se procedió a la limpieza de los canales de ventilación de la llamada "Cámara del Rey" (3). Estos dos canales estaban ya abiertos con salidas a la cara sur y a la cara norte, respectivamente. Posteriormente fue colocado un sistema de aire acondicionado mediante la inclusión de dos extractores que renuevan actualmente el aire del interior de la pirámide.
En un principio se creyó que el obstáculo encontrado por el robot era de origen natural. La constante depredación que ha sufrido la Gran Pirámide para recuperar los bloques de revestimiento bien pudo hacer que cayeran cascotes por los conductos, taponando las aberturas: en el caso de los canales de ventilación de la "Cámara de la Reina" (2), jamás se encontraron sus salidas en las caras Norte y Sur. Pero lo descubierto por Rudolf Gantenbrink no obedecía nada más que a la concepción arquitectónica de los constructores. La roca, de caliza proveniente de Tura, como los bloques de la parte alta de la pirámide, estaba finamente pulida y angulada para su perfecto acople a las paredes del canal. Otro dato curioso es que las imágenes revelan la existencia de un fino polvo que recubre la losa y parece dispersarse desde una ranura de 2 milímetros entre la piedra y la pared. Este polvo no pertenece al trabajo de la piedra, sino, aparentemente, a la descomposición de materiales textiles o madera. y, además, eran visibles dos pomos de cobre bastante corroídos. La apariencia, efectivamente, era la de una puerta, pero de una puerta de tan sólo 20 centímetros.
Fuentes: Zona ciencia, arqueólogos