Dmitri Medvédev, lo que pase en 2012 dependera de nosotros.

El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, arengó por cuarta vez a los ciudadanos del país con un mensaje tradicional con motivo de la llegada del año 2012, en el que se elegirá a su sucesor.

El discurso de fue retransmitido por varios canales de televisión y emisoras de radio a la medianoche de la zona horaria respectiva —del total de las nueve con las que cuenta el vasto territorio federal— en la que se entra en el nuevo año. El presidente dijo:

Estimados conciudadanos, queridos amigos:

Dentro de unos instantes doblarán las campanas del Kremlin y nos desearemos un Feliz Año Nuevo. En estos momentos, en cada hogar reina un ambiente festivo muy especial.

Tradicionalmente, en estos minutos despedimos el año que se va. No ha sido fácil, pero, para nuestro país, termina bien. Y es el resultado de nuestro trabajo en conjunto. Cómo sea el año que empieza, también depende de nosotros.

Hace exactamente 20 años, por primera vez, celebramos el Año Nuevo en un país llamado Rusia, nombre glorificado por las hazañas de nuestros antepasados, quienes a lo largo de los siglos lograron crear una gran y fuerte potencia, crear un gran país. Es nuestro deber conservarlo. Construir un estado líder, cómodo para vivir e interesante para trabajar.

Y es que somos todos diferentes. Pero, en eso radica nuestra fuerza. Al igual que en la capacidad de saber escuchar, entender y respetarnos mutuamente, así como superar juntos cualquier dificultad y lograr el éxito.

¡Queridos amigos! El Año Nuevo ya se aproxima. Es el momento de abrir las botellas de champán y pedir deseos. Esta noche quiero desearles salud y bienestar a Ustedes y a sus familias, que sus vidas estén llenas de amor y que se cumplan todos sus sueños.

Confíen en sí mismos, como yo… en cada uno de Ustedes.

¡Juntos alcanzaremos la meta!

¡Que sean felices!

¡Feliz Año Nuevo 2012!

La tradición de mensajes presidenciales es uno de los atributos del Año Nuevo más respetados en Rusia. Desde el tiempo de Leonid Brézhnev, firmemente entraron en la vida de la gente.

En 1970 un líder soviético por primera vez dirigió un mensaje televisivo de Fin de Año a los ciudadanos. Leonid Brézhnev leyó su discurso en una hoja de papel de su mesa. Valeria Kislova, directora de televisión, gestionó los discursos del jefe de estado.

“Había mucha preparación”, recuerda ella. “Comprobaban todo: el estudio, la galería, las cámaras y también a nosotros, ¡claro está!”

Este "control" conllevó resultados: ese primer mensaje salió al aire de una manera perfecta.

“¡Ahora vivimos los últimos minutos del año 1970!”, manifestó Brézhnev.

Tras su muerte la tradición de realizar arengas televisivas se interrumpió hasta que Mijaíl Gorbachev reanudó esta práctica a mediados de los ochenta. Eran los primeros discursos que se grababan ya no en el centro televisivo sino en el despacho del jefe del estado en el Kremlin.

“¡Feliz Año Nuevo, estimados compatriotas! ¡Les deseo suerte, paz y prosperidad!”, dijo a sus compatriotas.

Durante los tiempos de la famosa "Perestroika" tuvo lugar uno de los mensajes de Nochevieja más especiales. En 1989 el presidente norteamericano Reagan felicitó al pueblo soviético, y el discurso de Gorbachev fue transmitido en EE. UU. Era una muestra de amistad entre ambos países después de los años de la guerra fría.

Tras la caída de la URSS, el presidente ruso Borís Yeltsin, fue el primero en decorar su despacho con un árbol de Navidad y cambiar el tono oficial de los mensajes.

“Brindemos por suerte, por la felicidad y bienestar en cada casa”, saludaba a su gente.

Yeltsin era todo un regalo para el equipo de rodaje, según afirman sus miembros. Tenía un modo creativo de realizar sus discursos. Una vez incluso invitó a participar a toda su familia. Sin embargo, el que quedaría grabado en la memoria de la población fue aquel en el que anunció su dimisión. Y una hora y media después llegaba el discurso de Vladímir Putin, que pasó a ser presidente interino. Éste se rodó en el mismo despacho.

“Queridos amigos! Esta noche vieja yo, igual que ustedes, planeaba escuchar con mi familia el discurso del presidente Borís Yeltsin”, empezó entonces el futuro líder.

Tras asumir el cargo presidencial Vladímir Putin decidió salir al aire libre para felicitar a los ciudadanos. El actual presidente, Dmitri Medvédev en su mensaje del año pasado continuó esta tradición y se dirigió a la población desde el corazón del país: del Kremlin.

En muchos países los líderes también envían sus palabras de felicitación. Sin embargo, la mayoría de ellos lo hace con motivo de la Navidad. Como por ejemplo la reina de Gran Bretaña Isabel II, los presidentes de EE. UU., Venezuela, Ecuador y muchos más.

Pero debido a la diferencia de tradiciones, para la mayoría de los rusos la fiesta más importante es el Año Nuevo. Justamente por eso, minutos antes de que el reloj señale la medianoche, todos los ciudadanos del gran país encienden sus pantallas para escuchar el tradicional mensaje presidencial.