Descubren los animales terrestres que viven a mayor profundidad en la Tierra.
Ciencia 23:51
Una expedición hispano-rusa ha identificado cuatro nuevas especies de animales en una cueva en la región de Abkhazia, cercana al Mar Negro. Se trata de la cueva más profunda del mundo, a -2.191 metros, y dos de las especies son los artrópodos encontrados a mayor profundidad en el Planeta.
El equipo está formado por los investigadores Sofía Reboleira, de la Universidad de Aveiro (Portugal), y Alberto Sendra, del Museo de Ciencias Naturales de Valencia -encargados de la expedición-; y los zoólogos de la Universidad de Navarra Rafael Jordana y Enrique Baquero, quienes han identificado y descrito las nuevas especies.
Plutomurus ortobalaganensis, especie descubierta más de 1.900 metros de profundidad. Foto gentileza Prof. Enrique Baquero |
"Como respuesta a estas condiciones, ninguno de los animales tiene ojos y carecen de pigmentación (color). Además, una de las especies ha desarrollado un quimioreceptor -una especie de antena parabólica química- que le permite moverse en un entorno tan complicado”, explica Enrique Baquero, zoólogo, profesor del Máster en Biodiversidad, Paisajes y Gestión Sostenible de la Universidad de Navarra y uno de los autores del estudio.
Recicladores de la materia orgánica
Los bioespelelógos llegaron hasta 1980 metros de profundidad. Foto: Denis Provalov |
Cada una de las especies, cuyos ejemplares miden entre 1 y 4 milímetros, fue encontrada a una determinada profundidad. Sus nombres son Anurida stereoodorata, Deuteraphorura kruberaensis y Schaefferia profundisima. El que alcanzó mayor cota subterránea, Plutomurus ortobalaganensis, se descubrió a 1.980 metros bajo la superficie”.
La cueva Krubera-Voronya es la única en el mundo que supera los dos kilómetros de profundidad. A pesar de las numerosas expediciones que se han internado en ella, esta es la primera ocasión en la que se describe su fauna.
Para llegar hasta la profundidad de la cueva, "los bioespeleólogos bajaron desde una entrada a 2.500 metros de altura sobre una montaña. Es una cueva muy vertical
"A partir de ese agujero se va bajando. Hasta los 1.400 metros se dice que es una cueva aérea porque no hay problemas de inundación, pero a partir de 1.400 metros hay sifones que hacen que se retenga el agua y los investigadores deben ponerse trajes de buceo para salvar esa parte inundada".
"Eso les pasó cinco veces y siguieron llegando a zonas aéreas hasta que ya a los 2.140 metros encontraron una zona inundada por completo, casi a nivel del mar, que está inexplorada".
Para Baquero, lo que más llama la atención es "la presencia de animales a esa profundidad porque han tenido que llegar desde el exterior hace miles de años. La cantidad de alimento es mucho mas difícil aunque no tienen demasiados depredadores. Es una apuesta de la vida que haya animales que se han adentrado tantos metros dentro de una cueva".
Sensores químicos
El grupo de los colémbolos es conocido en inglés como springtail o cola de resorte, "porque tienen un apéndice impar bajo el cuerpo y cuando se sienten amenazados lo despliegan de golpe y son capaces de saltar 40 o 50 veces la longitud de su cuerpo, es como si nosotros saltáramos 100 metros".
Imagen captada con un microscopio de electrones de otra de las especies, Anurida stereoodorata. Imagen gentileza Enrique Baquero |
Debido a que no tienen ojos, sustituyen esa sensibilidad por terminaciones nerviosas cubiertas de una pequeña capa de piel con pequeños agujeros por los que entran las sustancias químicas.
"Las neuronas detectan esos olores. Es lo mismo que pasa en nuestra nariz, sólo que la sensibilidad que exhiben estos animales es muchísimo mayor que el olfato humano, porque la superficie dedicada a esta funcion es muy grande en comparación. Los alimentos o depredadores sueltan por el aire moléculas y ellos son capacaces de detectarlas y decidir lo que tienen delante", dijo Baquero.
Las especies, que miden entre uno y cuatro milímetros, fueron halladas a profundidades diferentes.
Sus nombres son Anurida stereoodorata, Deuteraphorura kruberaensis, Schaefferia profundísima y por último Plutomurus ortobalaganensis, descubierta a la mayor profundidad, a 1.980 metros bajo la superficie.
Baquero y su colega Rafael Jordana, expertos en taxonomía, identificaron las especies. El equipo de bioespeleólogos que se adentró en la cueva incluye a Sofía Reboleira, de la Universidad de Aveiro en Portugal, y Alberto Sendra, del Museo de Ciencias Naturales de Valencia.
Fuentes: Universidad de Navarra, Sinc, BBC