Alerta Noticias: Primeras manifestaciones antinucleares en Japón.
Pin It

Widgets

Primeras manifestaciones antinucleares en Japón.



La primera concentración, que tuvo lugar en el mes de marzo, fue modesta: un centenar de japoneses se reunió para protestar contra la energía nuclear con motivo del aniversario del accidente de Fukushima Daiichi. Sin embargo, en las últimas semanas, desde que Noda decidió reanudar la actividad de 54 reactores, las protestas han ido en aumento, hasta el punto de bloquear las calles del centro político de Japón.

El lunes los manifestantes organizaron la mayor concentración hasta el momento: decenas de miles de japoneses se reunieron en el Parque Yoyogi, y marcharon después en tres grupos por la capital.

Esta inusual muestra de descontento, a la que se han unido ciudadanos de todos los ámbitos, no muestra signos de debilitamiento, poniendo de manifiesto hasta qué punto el país está dividido en torno a la energía nuclear, que hasta hace poco representaba un tercio de la energía de Japón.

«En mis 39 años nunca he manifestado así mi opinión», afirma Hitoshi Iwata, un oficinista de Tokio que tomó las calles tras enterarse de la noticia. «Pensaba que lo ocurrido con Fukushima nos posicionaría contra la energía nuclear, pero al ver que no era así, la decepción fue demasiado fuerte y me sentí en la obligación de alzar la voz». Sin embargo, las respuestas no son fáciles para Japón.

El país no cuenta con reservas propias de combustibles fósiles, por lo que empezó a depender cada vez más de la energía nuclear tras la crisis mundial del petróleo en la década de 1970. La fe del país en la seguridad en este tipo de energía se hizo añicos cuando el 11 de marzo de 2011 un terremoto, y posterior tsunami, provocaron el accidente nuclear de Fukushima. Desde entonces, las importaciones de combustibles fósiles se han disparado, a la vez que el país promueve las energías renovables y trata de establecer un nuevo futuro energético.

Mientras se desarrollaba el debate, Noda decidió que Japón no superaría el verano sin tomar alguna medida, decisión que ha lanzado a la oposición a las calles.

Reactivación nuclear

En mayo de este año todos los reactores nucleares de Japón estaban inoperativos, después de que las autoridades se negaran a permitir la reactivación de ninguna central tras las pruebas de mantenimiento. Las autoridades locales afirmaron que era necesario aplicar algunas reformas para garantizar la seguridad de las centrales en el país, especialmente propenso a los terremotos, después de que en marzo de 2011 se inundara la central Fukushima Daiichi.

Sin embargo, el temor a una crisis energética nacional sigue creciendo. El gobierno calcula que Kansai Electric, la empresa que suministra energía a la segunda región más poblada de Japón, podría enfrentarse a una caída de casi el 15 por ciento este verano si las centrales siguen inactivas. Kansai, con el 50 por ciento de su energía generada por 11 reactores atómicos, fue el año pasado la región del país que más confió en la energía nuclear.

El sector financiero de la región respiró de alivio cuando Kansai Electric, con la aprobación de Noda, reactivó el 1 de julio uno de los reactores de la central Ohi, en la Prefectura de Fukui. Se espera que un segundo reactor de la central vuelva a activarse este mes.

Mientras, las autoridades siguen temiendo una crisis durante el verano y han solicitado a los habitantes de Kansai que reduzcan en un 10 por ciento el consumo energético. Las importaciones de combustibles fósiles se han disparado, y los envíos de gas natural licuado (GNL), principalmente procedentes de Asia, alcanzaron un récord de 83,18 millones de toneladas en el año fiscal que finalizó en marzo.

Los 66 millones de dólares en costes llevaron a Japón a un déficit comercial por primera vez desde 1980. Japón espera empezar a importar en 2016 GNL de Norteamérica, donde se vende a un cuarto del precio por el que se compra en los mercados asiáticos. Sin embargo, la espera podría ser larga, pues la construcción de terminales para concentrar el gas natural para su exportación al exterior es un tema controvertido en Estados Unidos.

Los servicios japoneses registraron las mayores pérdidas el año pasado debido al aumento de los gastos destinados a la compra de combustible, junto con el coste que supone mantener centrales nucleares inactivas. Tokyo Electric Power Company (TEPCO), que ha necesitado importantes inyecciones de dinero por parte del gobierno para mantenerse a flote, sigue enfrentándose a un coste estimado de 100 millones dólares por el desmantelamiento de Fukushima.

La mayor empresa de servicios del país está ahora esperando autorización para aplicar una subida del 10 por ciento en las facturas de electricidad, a pesar de las protestas públicas. A finales de julio el gobierno decidirá si le concede la autorización.

Los manifestantes, mientras tanto, se quejan de que la seguridad está en un segundo plano frente a las consideraciones económicas. La seguridad de la planta de Ohi se basa únicamente en normas provisionales, puesto que las medidas prometidas, como diques, filtros y edificios resistentes a los terremotos, no estarán listas en varios meses. La zona de evacuación en caso de accidente se ha ampliado para incluir prefecturas cercanas, pero todavía no hay plan de evacuación. Los habitantes de la región temen que un accidente contamine el lago Biwa, y los expertos en seísmos afirman que las autoridades no han tenido en cuenta las fallas geológicas que hay alrededor de Ohi, incluyendo una pequeña falla que pasa por debajo de uno de los reactores.

Reactivan el segundo reactor nuclear.
«Estoy indignada con que Noda no haya tenido en cuenta las preocupaciones de los ciudadanos», dice Yukiko Kada, gobernadora de la Prefectura de Shiga. En una conferencia de prensa afirmó que ella y otros gobernadores de la región cercana a los reactores fueron «prácticamente acosados» por oponerse a la reactivación. El gobierno central, Kansai Electric y otros intereses financieros han advertido de que si las centrales nucleares no son reactivadas, los culpables de los posibles cortes serán las autoridades locales.

En búsqueda de energías renovables Las energías renovables únicamente representan un 1 por ciento de la producción total de electricidad del país, por lo que Japón está tratando de promocionar fuentes alternativas y asegurarse de que no se desperdicia ni un solo vatio de electricidad ahora que se acerca la ola de calor.

Este mes, empieza a aplicarse una tarifa «incentivante» que exige que las empresas de servicios adquieran electricidad de fuentes de energía renovables a precios por encima de las tasas del mercado. El programa ha servido para incentivar a las empresas a interesarse por las energía solar y eólica. SoftBank, la tercera compañía de telefonía móvil más grande del país, planea operar plantas de energías renovables en al menos 11 puntos del país, y quiere construir la planta solar más grande de Japón en Kyoto.

Masayoshi Son, fundador y presidente de SoftBank, y según algunos, el hombre más rico de Japón, se ha alzado como defensor de las energías renovables desde el accidente de Fukushima.

Japan Electric Power Exchange (JEPX), creado en 2003 para permitir el comercio de electricidad y frenar así el monopolio de las empresas eléctricas del país, quiere crear un mercado para energías renovables, empezando con pequeños excedentes de electricidad generados por sistemas ajenos a la red, además de por energía solar y otras fuentes renovables.

Por su parte, Kansai Electric, que recibió muchas críticas por la reactivación de Ohi, se ha convertido en la primera empresa japonesa en aplicar incentivos para animar a los consumidores a ahorrar energía. Con su programa de «negavatios», Kansai utilizará un sistema de subastas para adquirir electricidad que sus 7.000 clientes corporativos se comprometen a ahorrar durante las semanas de mayor demanda entre julio y septiembre.

El ministro de comercio Yukio Edano, que supervisa el sector energético, afirma que la política a medio plazo del gobierno para reducir la dependencia de la energía nuclear «no ha cambiado en absoluto». El mes pasado, el gobierno anunció tres opciones para sustituir el objetivo de 2010 de ampliar la cuota de energía nuclear del 30 al 50 por ciento para 2030. Las opciones incluyen eliminar por completo la energía nuclear o reducir la dependencia al 15 o al 20-25 por ciento para 2030, aunque los planes no especifican cómo se llevaría a cabo la eliminación de residuos nucleares o cómo cumpliría Japón su promesa de reducir las emisiones de dióxido de carbono al 25 por ciento por debajo de los niveles de 1990 para el año 2020.

Un estudio independiente llevado a cabo por el Institute for Global Environmental Strategies (IGES) concluyó que sería posible para un Japón sin energía nuclear reducir en un 80 por ciento las emisiones para el año 2050, lo que exigiría avances tecnológicos, especialmente en captura y almacenamiento de carbono, reducción del consumo energético, desarrollo de energías renovables, etc.

Jusen Asuka, director del grupo de cambio climático de IGES defiende que el calentamiento global no debería ser una excusa. En su opinión hay muchas formas de conseguir una sociedad libre de energía nuclear a la vez que se lucha contra el cambio climático, los problemas son los costes y la voluntad de la sociedad. «Creo que nos corresponde hacer el esfuerzo». Las opciones sobre el plan energético de Japón se debatirán en sesiones públicas, y se llevarán a cabo encuestas nacionales antes de que el gobierno tome la decisión final en el mes de agosto.

Y mientras tanto, los viernes siguen las protestas frente a la residencia del Primer Ministro.

Aunque estas manifestaciones pueden parecer inusuales en Japón, no es el primer precedente que se rompe mientras el país se enfrenta a las secuelas políticas de Fukushima. Días después de que Kansai Electric permitiera que se reanudara la fisión nuclear en Ohi, se hicieron públicos los resultados de una investigación sobre el accidente realizada por la primera comisión independiente que ha aprobado nunca el parlamento japonés (llamado Dieta). Fue un grito por el cambio.

«Hay que admitir, con todo nuestro dolor, que ha sido un desastre ‘Made in Japan’», escribió Kiyoshi Kurokawa, presidente de la Comisión Independiente de Investigación del Accidente Nuclear de Fukushima. «Hay que buscar las causas en la cultura japonesa: nuestra obediencia, nuestra resistencia a cuestionar la autoridad, nuestro sectarismo, nuestra falta de visión… Debemos reconocerlo y reflexionar sobre nuestra responsabilidad como individuos en una sociedad democrática».



Fuentes: Reuters, National Geographic.

Posteado por Valterber el 7:01. Etiqueta . Puedes ver los comentarios via RSS RSS 2.0

0 comentarios for Primeras manifestaciones antinucleares en Japón.

Leave comment

CURRENT MOON

TRADUCTOR

TWITTER

MONITOR SOLAR

MONITOR SÍSMICO

2013 Red Conciencia Argentina. Todos los derechos reservados. - Con la colaboración de Diseño Web Profesional