Rusia y Europa prepararán misión a Marte.

El consejo adoptó decisiones clave que determinarán el desarrollo de la cosmonáutica en los próximos años. Entre ellas, la firma del acuerdo sobre el proyecto ExoMarte, y la aprobación del monto de las inversiones en la cosmonáutica, por más de diez mil millones de dólares. Se acordó además la modernización del cohete vector Ariane 5 y, la posible participación en el proyecto de la nave estadounidense Orion MPCV.

Para la ciencia espacial rusa, la reunión de Nápoles fue un hito importante, debido a que allí justamente debió ser aprobado el acuerdo entre la Agencia Espacial Europea y la Agencia Federal de Rusia sobre el proyecto ExoMarte. Dicha aprobación se obtuvo y ahora se espera que el acuerdo definitivo entre las agencias sea firmado el 27 de noviembre.

Tras la firma del acuerdo, Rusia tendrá la posibilidad de alcanzar Marte tan solo cinco años después del fallido lanzamiento de su sonda “Fobos”: el lanzamiento de la sonda enmarcada en la primera etapa del proyecto está fijado para 2016. Debido a que queda muy poco tiempo, en institutos de la Academia de Ciencias de Rusia están ya en marcha los trabajos en los equipos que serán instalados en la sonda orbital Trace Gas Orbiter. Se trata de un complejo de espectrómetros ACS para el sondeo de la atmósfera y de un detector de neutrones FREND, para el estudio de la distribución del agua en el suelo de Marte. Asimismo, esa etapa comprende el aparato de descenso de exhibición EDL, para el ensayo de las tecnologías de entrada en la atmósfera, de descenso y de aterrizaje, digámoslo así. Se planea que la participación de Rusia incluya el ofrecimiento del cohete portador “Protón”.

La segunda parte del proyecto consiste en el envío al planeta de la nave automática Pasteur, en 2018, para lo que Rusia ofrecerá también un cohete portador y una plataforma de descenso con un sistema de equipos científicos. Con la ayuda de ellos, Pasteur se posará sobre la superficie del planeta. Además, dos aparatos rusos de medición trabajarán en la nave automática.

Este proyecto representa un cierto desafío técnico no solo para Rusia, sino también para la Agencia Federal Europea, en cuyo currículo no figura aún un descenso afortunado en Marte. El aparato de descenso europeo Beagle 2, que fue lanzado a Marte en diciembre de 2004, lamentablemente, no dio signos de vida desde el planeta. Sin embargo, la sonda orbital Marte Express, que voló a Marte junto con el Beagle 2, trabaja no lejos del planeta hace ya unos ocho años, tiempo en el que ha provisto a los científicos de importante información acerca de la composición de la atmósfera, del suelo y de los cambios del clima en Marte.

La reunión de Nápoles confirmó que en los asuntos espaciales crece no solo la competencia, sino también la cooperación. Literalmente antes del inicio de la reunión, las agencias difundieron la noticia de que Elon Musk, titular de la corporación SpaceX, creadora del cohete vector Falcon 9 y de la nave Dragón por encargo de la NASA, entrevistado por la BBC declaró que, el cohete europeo Ariane 5 no tiene posibilidades en la emulación con Falcon ni con el futuro vector Falcon Heavy (que como prometen sus diseñadores, será el cohete más pesado en la historia de la humanidad). Elon Musk subrayó que se trata del precio del lanzamiento, pues el precio de un Falcón 9 es de menos de sesenta millones de dólares, expresó, y la modificación futura será más barata aún. Elon Musk indicó que, para seguir en el mercado, la Agencia Federal Europea debe forzar con urgencia los trabajos en el vector siguiente, el Ariane 6.

Sin embargo, los representantes de la Agencia Espacial Europea tienen su opinión. Como fuera anunciado en Nápoles. La agencia planea comenzar la modernización del cohete vector existente, y trabajar en el Ariane 5 ME (Mid-life Evolution). Los trabajos en este comenzaron ya en 2008 y, se calcula un primer vuelo para entre el 2012 y el 2018. Si todos los esfuerzos fueran destinados al Ariane 6, el primer lanzamiento habría que programarlo para el 2021. Se piensa que, una parte de los elementos de la variante “intermedia” del cohete será compatible con el futuro Ariane 6, de suerte que, si resulta, se planea reducir el costo del proyecto de este último.

Asimismo, durante la reunión en Nápoles fue anunciado que, la Agencia europea decidió continuar, hasta el 2020, la participación en las labores de la Estación Espacial Internacional. Y lo que es de sumo interés, está dispuesta a crear un módulo de servicio para la nave pilotada espacial multifuncional Orion MPCV, que está diseñando la NASA.

Este módulo estará basado en el carguero europeo ATV, empleado ya exitosamente para el aprovisionamiento de la Estación Espacial Internacional. La nave Orion, una parte del ya cubierto programa lunar Constellation, está siendo creada por la NASA para los vuelos, tanto a la Estación Espacial Internacional, como a astros más lejanos, en primer lugar, la luna. Lo decisivo en esta propuesta fue la participación de Gran Bretaña, la que está dispuesta a invertir en esta iniciativa unos veinte millones de euros.

La palabra la tiene ahora EEUU: la propuesta debe ser aprobada por su Gobierno.

Los expertos estiman que, la participación de la Agencia Espacial Europea en el proyecto Orion puede cambiar sustancialmente el carácter mismo de este programa. Actualmente, los planes de empleo de la nave norteamericana y del nuevo cohete vector SLS son más que fiables. Aunque se planea que, ya en 2017 se realice el primer vuelo de prueba a la Luna, este calendario puede cambiar. Si en las labores van a entrar otros participantes, los compromisos mutuos harán mucho más claras las perspectivas de Orion. Y por cuanto, justamente en esa nave se cifra en buen grado el futuro de los vuelos tripulados, a fin de cuentas, la participación de la Agencia Federal Europea puede ser decisiva.