Drástica pérdida en pinares por clima extremo en Calamuchita.
Argentina ambiental 14:45
Villa General Belgrano. En octubre y noviembre, dos fuertes vientos huracanados dejaron su marca en el valle de Calamuchita.
Cuando sucedieron, fueron noticia los severos daños provocados en varias localidades, por ejemplo con cientos de árboles caídos en cada zona urbana. Pero faltaba evaluar el impacto en áreas rurales de la región cordobesa con mayor forestación industrial.
Calamuchita tiene entre 13 mil y 25 mil hectáreas con pinares, según quien las calcule. Productores forestales y entidades ligadas al rubro coincidieron en que las dos tormentas, en apenas minutos, se llevaron lo que representa entre mil y dos mil hectáreas de pinos.
Mejor dicho, los dejaron por el suelo. Es la cantidad aproximada de masa forestal que se extrae en dos años. La mayoría sostiene que la cifra se acerca a las dos mil hectáreas afectadas. Especialistas calculan que cada hectárea forestada suma 700 a 800 pinos en pie. De allí, el cálculo es que se desplomaron o partieron alrededor de un millón de pinos, sólo en el valle de Calamuchita. Si se plantaran hoy, recién en 20 años se verían “adultos”.
Las zonas de Villa Yacanto, La Cumbrecita, Intiyaco, Villa Alpina, Villa Berna y Río de los Sauces fueron las que padecieron las peores consecuencias. “Se perdieron más de dos mil hectáreas, desde el límite sur de Calamuchita hasta la zona de San Clemente, y es probable que me quede corto”, indicó Fernando Martínez, ingeniero agrónomo y asesor en varios campos serranos.
Por el piso. Martínez calculó que cayeron al piso unas 200 toneladas de madera por hectárea, en las franjas perjudicadas, lo que acumularía unas 400 mil toneladas de madera por el suelo. “De eso, se va a poder aprovechar el 30 o 40 por ciento”, señaló Martínez. Subrayó que si hubiera planes de financiamiento estatal para compra de equipos y maquinarias, y mejores caminos, podría llegar a aprovecharse el 60 por ciento, antes de que se deteriore.
Si no logran retirar la madera en un plazo de cuatro meses, como máximo, los hongos harán su trabajo y el valor comercial será nulo. Además, en el suelo y seco, sumará masa crítica para favorecer los incendios.
“Una tonelada de madera puesta en aserradero sale 180 o 200 pesos”, avanzó Martínez. Haciendo una simple cuenta, estimó que las pérdidas alcanzarían los 80 millones de pesos, de los que sólo podrá recuperarse una parte, “si se actúa con rapidez en la remoción desde las sierras hasta los aserraderos”. De todos modos, aún no hay un relevamiento preciso de las hectáreas dañadas, lo que podría lograrse con una constatación aérea o satelital.
Esteban Zupan, técnico regional para Córdoba de la Dirección de Producción Forestal de la Nación, dijo que gestionó ante la Conae (Comisión Nacional de Actividades Espaciales) una constatación con imágenes satelitales, pero que no tuvo aún respuestas.
“Los contratistas y dueños hablan de entre mil y dos mil hectáreas de daños”, precisó. “Esto afectará la actividad del sector por las pérdidas en el recurso, las dificultades para acceder a las explotaciones forestales, los daños producidos a equipos y herramientas, y la dificultad para la extracción de la materia prima caída, que se irá deteriorando”, expresó en un artículo en el blog Córdoba Forestal. “Sacar tantos árboles rápido es un problema, por los pocos equipos disponibles”, admitió Zupan. “Hay productores que perdieron el 80 por ciento, otros el 50, otros el 30, otros casi nada. Es variable. Depende de cada lugar. En mi caso, entre los cinco campos que asesoro, el promedio de pérdida fue de 60 a 70 por ciento”, añadió Martínez.
Cuando sucedieron, fueron noticia los severos daños provocados en varias localidades, por ejemplo con cientos de árboles caídos en cada zona urbana. Pero faltaba evaluar el impacto en áreas rurales de la región cordobesa con mayor forestación industrial.
Calamuchita tiene entre 13 mil y 25 mil hectáreas con pinares, según quien las calcule. Productores forestales y entidades ligadas al rubro coincidieron en que las dos tormentas, en apenas minutos, se llevaron lo que representa entre mil y dos mil hectáreas de pinos.
Mejor dicho, los dejaron por el suelo. Es la cantidad aproximada de masa forestal que se extrae en dos años. La mayoría sostiene que la cifra se acerca a las dos mil hectáreas afectadas. Especialistas calculan que cada hectárea forestada suma 700 a 800 pinos en pie. De allí, el cálculo es que se desplomaron o partieron alrededor de un millón de pinos, sólo en el valle de Calamuchita. Si se plantaran hoy, recién en 20 años se verían “adultos”.
Las zonas de Villa Yacanto, La Cumbrecita, Intiyaco, Villa Alpina, Villa Berna y Río de los Sauces fueron las que padecieron las peores consecuencias. “Se perdieron más de dos mil hectáreas, desde el límite sur de Calamuchita hasta la zona de San Clemente, y es probable que me quede corto”, indicó Fernando Martínez, ingeniero agrónomo y asesor en varios campos serranos.
Por el piso. Martínez calculó que cayeron al piso unas 200 toneladas de madera por hectárea, en las franjas perjudicadas, lo que acumularía unas 400 mil toneladas de madera por el suelo. “De eso, se va a poder aprovechar el 30 o 40 por ciento”, señaló Martínez. Subrayó que si hubiera planes de financiamiento estatal para compra de equipos y maquinarias, y mejores caminos, podría llegar a aprovecharse el 60 por ciento, antes de que se deteriore.
Si no logran retirar la madera en un plazo de cuatro meses, como máximo, los hongos harán su trabajo y el valor comercial será nulo. Además, en el suelo y seco, sumará masa crítica para favorecer los incendios.
“Una tonelada de madera puesta en aserradero sale 180 o 200 pesos”, avanzó Martínez. Haciendo una simple cuenta, estimó que las pérdidas alcanzarían los 80 millones de pesos, de los que sólo podrá recuperarse una parte, “si se actúa con rapidez en la remoción desde las sierras hasta los aserraderos”. De todos modos, aún no hay un relevamiento preciso de las hectáreas dañadas, lo que podría lograrse con una constatación aérea o satelital.
Esteban Zupan, técnico regional para Córdoba de la Dirección de Producción Forestal de la Nación, dijo que gestionó ante la Conae (Comisión Nacional de Actividades Espaciales) una constatación con imágenes satelitales, pero que no tuvo aún respuestas.
“Los contratistas y dueños hablan de entre mil y dos mil hectáreas de daños”, precisó. “Esto afectará la actividad del sector por las pérdidas en el recurso, las dificultades para acceder a las explotaciones forestales, los daños producidos a equipos y herramientas, y la dificultad para la extracción de la materia prima caída, que se irá deteriorando”, expresó en un artículo en el blog Córdoba Forestal. “Sacar tantos árboles rápido es un problema, por los pocos equipos disponibles”, admitió Zupan. “Hay productores que perdieron el 80 por ciento, otros el 50, otros el 30, otros casi nada. Es variable. Depende de cada lugar. En mi caso, entre los cinco campos que asesoro, el promedio de pérdida fue de 60 a 70 por ciento”, añadió Martínez.
Difícil de dimensionar.
Carlos Morales, integrante de la Cámara de la Madera de Córdoba y dueño de un aserradero en Villa General Belgrano, planteó que “muchos dueños no tienen aún idea de la magnitud, es difícil mensurar algo cuando está todo mezclado”, sostuvo. “A mí me llamaron de 20 a 25 productores con problemas; quieren sacar la madera y perder lo menos posible”, añadió, luego de estimar que los pinos caídos equivalen “al menos a los de más de mil hectáreas”. 1.000.000 de pinos habrían caído sólo en Calamuchita.
Antecedentes
16 de octubre. Por los cerros. Vientos de hasta 130 kilómetros por hora afectaron una franja serrana amplia, en las zonas de Yacanto, La Cumbrecita, Villa Alpina y Villa Berna.
22 de noviembre. Por el valle. Un fenómeno similar generó destrozos urbanos y rurales en Santa Rosa, Villa General Belgrano, Los Reartes, Villa Berna e Intiyaco, entre otras.
2 mil hectareas son las que se calcula que cubriría el total de pinos que cayeron en Calamuchita por los vientos. Se trata de forestaciones implantadas, con fines comerciales, pero de alto impacto en el paisaje de la zona.
Carlos Morales, integrante de la Cámara de la Madera de Córdoba y dueño de un aserradero en Villa General Belgrano, planteó que “muchos dueños no tienen aún idea de la magnitud, es difícil mensurar algo cuando está todo mezclado”, sostuvo. “A mí me llamaron de 20 a 25 productores con problemas; quieren sacar la madera y perder lo menos posible”, añadió, luego de estimar que los pinos caídos equivalen “al menos a los de más de mil hectáreas”. 1.000.000 de pinos habrían caído sólo en Calamuchita.
Antecedentes
16 de octubre. Por los cerros. Vientos de hasta 130 kilómetros por hora afectaron una franja serrana amplia, en las zonas de Yacanto, La Cumbrecita, Villa Alpina y Villa Berna.
22 de noviembre. Por el valle. Un fenómeno similar generó destrozos urbanos y rurales en Santa Rosa, Villa General Belgrano, Los Reartes, Villa Berna e Intiyaco, entre otras.
2 mil hectareas son las que se calcula que cubriría el total de pinos que cayeron en Calamuchita por los vientos. Se trata de forestaciones implantadas, con fines comerciales, pero de alto impacto en el paisaje de la zona.
400 mil toneladas de madera habrían quedado por los suelos, por los pinos caídos o cortados, sólo en Calamuchita.
Fuentes: lavoz.com.ar
Posteado por Valterber
el 14:45.
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