Descubren dunas eólicas de 50.000 años de antigüedaden Zaragoza
Arqueología 10:25
Investigadores de la Universidad de Zaragoza (UZ), en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid, han descubiertos dunas eólicas con más de 50.000 años de antigüedad en el entorno de la capital aragonesa.
Se trata de la primera vez que se describen dunas eólicas pleistocenas
en la cuenca del Ebro y se detalla su relación con los depósitos
fluviales. Las conclusiones del trabajo han sido publicadas
recientemente en la revista 'Sedimentology', cuyo índice de impacto está
entre los más altos de esta especialidad de la Geología, ha informado
la Universidad de Zaragoza en un comunicado.
Los investigadores
de los grupos de Análisis de Cuencas Sedimentarias Continentales y
Geotransfer del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad
de Zaragoza, junto con investigadores del grupo de Análisis de Cuencas,
de la Universidad Complutense de Madrid, han demostrado que hace más de
50.000 años, es decir, durante el Pleistoceno, el paisaje de la Cuenca
del Ebro en el entorno de la ciudad de Zaragoza era muy diferente al
actual, han explicado las mismas fuentes.
Con su trabajo, se
observa que existían "importantes extensiones de terreno" cubiertas por
campos de dunas de arena de hasta más de 10 metros de altura. Estos
campos de dunas se desarrollaban sobre mantos de gravas depositados en
cursos fluviales procedentes de la Cordillera Ibérica y Pirineos, los
precursores del actual río Ebro.
El ejemplo del paisaje sería
similar al que actualmente se observa en la parte sur de Islandia con
dunas arenosas originadas en un ambiente de desierto muy frío y redes de
canales fluviales con aguas procedentes de los deshielos.
Los
estudios geomorfológicos y sedimentológicos realizados en afloramientos
de canteras excavadas en antiguas terrazas del río Ebro han permitido
localizar antiguas dunas eólicas en la región del valle del Ebro
comprendida entre Pedrola, al noroeste y Fuentes de Ebro, al sureste, lo
que da una idea de la extensión de los campos de dunas.
Estos se
han desarrollado de forma recurrente en relación con las fases áridas y
frías que han existido a lo largo del Pleistoceno, una época
caracterizada por glaciaciones y en la que las zonas con hielo
permanente alcanzaron en algunos momentos el sur de Europa.
El viento de la cuenca del ebro
Las condiciones de viento en la Cuenca del Ebro, similares, o incluso
con rachas más fuertes que en la actualidad construyeron estas grandes
formas arenosas que migraban desde el Oeste hacia el Este, coincidiendo
prácticamente con la dirección del cierzo actual.
Las dunas
eólicas son depósitos fácilmente erosionables y con poca capacidad de
preservación por lo que se requieren condiciones especiales para su
conservación.
De este modo, durante etapas con más llegada de
aguas al sector central de la Cuenca del Ebro (probablemente ligadas al
deshielo de glaciares de montaña) los campos de dunas serían arrasados
conservándose en cambio los depósitos fluviales (gravas) más resistente
ante la erosión.
"Las peculiares características del entorno de
Zaragoza, con una importante disolución de los materiales salinos
infrayacentes, provocaron la subsidencia de grandes áreas con dunas de
manera que éstas se situaron por debajo la superficie de erosión,
quedando protegidas y conservadas", ha señalado la institución
académica.
Esto evidencia, además, "que en aquel momento ya
existían en el sector central de la cuenca del Ebro, importantes
extensiones de terreno afectadas por dolinas".
Las implicaciones
en el conocimiento del escenario climático en el Noreste de la Península
Ibérica "son importantes ya que se ponen de manifiesto los efectos de
las fases glaciares e interglaciares desde, al menos, 200.000 años
atrás".
La Universidad de Zaragoza ha agregado que, dada la
facilidad de erosión de los depósitos de carácter glaciar, que son los
que permiten deducir la existencia de etapas glaciares, "estas fases tan
antiguas no han quedado registradas en los sedimentos de las zonas
montañosas".
Por todo ello, el estudio detallado que se está
realizando por este equipo de investigación multidisciplinar sobre los
sedimentos de las antiguas terrazas del valle del Ebro "son
fundamentales" para identificar "con precisión" la edad y
características de los periodos climáticos glaciares e interglaciares
que se alternaron en el Pleistoceno durante más de dos millones de años,
"hasta que con el inicio del Holoceno, hace unos 10.000 años, entramos
en la fase climática interglaciar actual de carácter más cálido".
Fuentes: Sinc