Cordillera Volcánica de Guanacaste y Central sufren efectos tras terremoto.

Los volcanes así como las comunidades pertenecientes a la Cordillera Volcánica de Guanacaste y Central son los lugares donde más se han percibido efectos tras el terremoto de Nicoya el 5 de setiembre pasado.

Así lo reveló un reciente estudio hecho por los sismólogos y vulcanólogos de la Universidad de Costa Rica (UCR). Los expertos analizaron que las fallas en estas zonas se han activado mucho, al punto que inclusive se han presentado pequeños enjambres sísmicos.

Además, en los volcanes la actividad cambió de distintas formas, lo cual evidenció que ninguno de los colosos se encuentra en una fase similar.

“Notamos cómo el volcán Irazú, por ejemplo, desde el momento que ocurrió el sismo presentó un incremento importante de la actividad sísmica. Además en el Rincón de la Vieja en Guanacaste las lagunas tuvieron cambios en los colores de las lagunas, lo cual muestra una afectación directa por el sismo”, explicó Lepold Linkimer, sismólogo de la UCR.

El informe también revela que, si bien los sismos generados por otras fallas no son de tanta magnitud, sí evidencian cambios que están ocurriendo en suelo nacional.

Todavía los expertos no pueden asegurar si con el terremoto del 5 de setiembre y las constantes y fuertes réplicas ocurridas se liberó el total de energía acumulada, por eso aún mantienen la alerta e indican a la población que en cualquier parte del país y en cualquier momento podría ocurrir un nuevo movimiento.

“Desde el punto de vista de gestión de riesgo no es importante saber si se liberó toda la energía o no, porque así como en Nicoya, en cualquier parte del país puede temblar. Lo que sí se confirma es que la energía que se liberó fue mucha”, finalizó Linkimer.